Sociedad

LA COMUNICACIÓN EN EL MEDIO RURAL

Desde el principio de los tiempos la importancia de las comunicaciones ha hecho que las grandes civilizaciones consideraran como indicativo del nivel de progreso la capacidad y facilidad de desplazamiento entre sus ciudades al igual que el saber y su control.

Vivimos en la Sociedad de la Información y la Comunicación y hasta hay quien se atreve a llamarla del Conocimiento.  Eso es, fundamentalmente, una consecuencia más de la aplicación social que se ha dado a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, llamémosles Informática e Internet para entendernos y simplificar. Ambos fenómenos surgen de una forma muy localizada en los ámbitos militares y universitarios de las grandes potencias, pero su velocidad de penetración en el resto de la sociedad ha superado lo que los analistas auguraban en sus orígenes.

Esta realidad que todos conocemos y que puede tener muy diferentes implicaciones en nuestra vida diaria, en función de nuestro trabajo, aficiones, necesidades o intereses se manifiesta de forma constante en nuestro entorno, y empieza a convertirse en un condicionante, una exigencia de servicio o una necesidad básica. Permítanme que hablemos en clave turolense y que juegue un poco con su memoria.

No hace demasiados años, cada uno pondrá la fecha, cuando venías a un pueblo querías llamar a casa para decir que estabas bien y que habías terminado el largo trayecto por unas carreteras que más que comunicar, incomunicaban. Entonces no te quedaba más remedio que acudir a la centralita de teléfonos en la que una señora muy amable te preparaba una conferencia que se demoraba su buen tiempo y que te obligaba a hablar con cierto grado de complicidad con los presentas en el locutorio. Y hasta para llamar a la casa del médico dependías de que la telefonista te pasara la llamada o te hiciera esperar porque no había líneas libres en ese momento.

Y es que uno de los grandes problemas de la sociedad rural, que los de cierta edad hemos conocido, ha sido precisamente la comunicación. Las comunicaciones actuales nos permiten, salvadas las lagunas de cobertura, hablar con la persona concreta que deseemos, esté dónde esté, y disponer de Internet en cualquier pueblo, por pequeño que sea. Esto ya nos parece lo más normal y necesario, y así es efectivamente.

La capacidad de evolución y progreso, de asimilación de nuevas técnicas, productos, tendencias o de intercambio de informaciones pasa por el conocimiento de los mismos y eso sólo se puede dar si existe una comunicación lo suficientemente fluida. Ésa es la gran aportación de Internet al mundo rural, y al mismo tiempo puede hacer posible otra muy importante aportación de éste a Internet y por extensión al resto del mundo.

El aislamiento del mundo rural ha sido tal, que hasta los propios medios de comunicación se han hecho eco del mismo de una forma patente. Por citar sólo dos ejemplos; recordemos la película “El disputado voto del señor Cayo”  basada en una obra de Delibes en que Fernando Rabal representaba la sabiduría popular ante Juan Luis Galiardo, el candidato a senador.

O de forma más chistosa en aquel anuncio en el que un viejo pastor de Majalrayo (Guadalajara), en el cobijo de su borda, le preguntaba al viajero en un anuncio de automóviles: “¿Y el Madrid que?… Otra vez campeón de Europa… ¿No…?”. Seguro que todos somos capaces de ponerle la cantinela a la frase y si no…La podemos recordar buscándola en Internet.

Parecía que el habitante de los pueblos no tenía conocimiento de lo que pasaba “en el mundo”; como si su entorno rural no fuera parte del resto y su realidad estuviera en un segundo orden. Y así, se creía que los niños de pueblo tenían una educación y una cultura menores por el mero hecho de desarrollar sus vidas pegadas al campo. Cuando todos sabemos que eso no es así y que a veces era justo al contrario.

Para cambiar todo eso, sólo ha hecho falta la comunicación fluida entre ambas sociedades mediante mejores carreteras, líneas telefónicas en los hogares y, por supuesto, el contacto frecuente entre los que vivimos en unos y otros ámbitos. Es cierto que la mejora ha servido para facilitar que la gente se marche más que para que venga. Pero el tema del equilibrio poblacional no es nuestro objetivo aquí y ahora, si bien se puede ver muy influido por la existencia de unas comunicaciones de calidad que proporciones un valor más al nivel de vida del ámbito rural.

Y ¿Qué aporta Internet a todo esto?.  Puede parecer que salvadas esas barreras se ha conseguido suficiente, pero la comunicación tiene que llegar mucho más allá. Y además hay que conseguir que no tenga una dirección preferente como hasta ahora. Tal y como se ve en los dos ejemplos, el que parece que tiene que estar informado de lo que sucede “fuera” es el habitante del mundo rural. Pero también debe ser productor de información y poner ésta al alcance de los demás. Éste es un aspecto que me parece de una gran importancia para dar valor a los factores que hacen de nuestra realidad social algo mucho mejor y más deseable de lo que incluso nosotros valoramos a veces.

Como una experiencia personal permítaseme decir que para conocer paisajes y gentes encantadoras no es imprescindible salir al extranjero. En Internet podemos encontrar lo que aquí llamamos casa rurales, en Alemania, Francia… o Teruel. Este verano, sin ir más lejos, concertamos con unos amigos una estancia en Tronchón, como lo podíamos haber hecho en otros pueblos y tuvimos las mismas facilidades que otras veces en esos países. Y es que nuestros pueblos y sus servicios están en la red exactamente igual que cualquier otro y una de las cosas buenas que tiene Internet es precisamente el trato de igualdad entre sus contenidos.

Esa es una de las grandes ventajas de disponer de una capacidad de comunicación en tiempo real, que ya no se limita a la persona que conoce tu número de teléfono, sino que a través de un buscador y  la asociación a agrupaciones empresariales o gremiales resultas localizable por cualquier usuario de Internet y por tanto del planeta. Y así, reservar una estancia, conocer los horarios de visita de un lugar de interés, hacer una compra de un producto, no requieren más que encontrar la Web oportuna.

Aún somos tímidos en eso de prodigar nuestras cosas en la red. A veces porque pensamos que lo nuestro no interesa a nadie más y que tiene poca importancia o porque nos parece muy complicado realizarlo. Por eso tienen tanto valor iniciativas como Internet Rural y otras que han hecho un esfuerzo porque en cada pueblo existe al menos un  lugar en el que poder hacer uso de Internet de una forma sencilla, rápida, cómoda y tan barata como la gratuidad, en muchos casos.

Es muy curioso ver en algún pueblo como la antigua escuela recoge de nuevo a los jóvenes en unas mesas que fueron mobiliario escolar en su tiempo; pero ahora para conectarlos al resto de mundo de otra forma muy distinta al estudio de los manuales escolares. Los Telecentros se han convertido en espacios en los que casi se hace cola para conectarse a Internet y poder descargar correo, consultar datos o realizar algún trabajo. Resulta interesante y grato ver la mezcla de edades e intereses que se pueden encontrar en estos locales, sobretodo en los fines de semana y los periodos vacacionales.

Para ello, en algunos casos, ha sido necesaria la instalación de conexiones vía satélite porque las líneas telefónicas no lo permitían. Esa ha sido una apuesta inteligente que abre muchas puertas y facilita que la penetración de Internet en nuestros pueblos haga posible al mismo tiempo la presencia de nuestros pueblos en Internet. Y esto último no es porque quede bonito, sino porque estamos hablando de una vía de comunicación que es fundamental establecer en más de una dirección.

Es muy importante también la labor realizada por muchos ayuntamientos y organizaciones culturales, por no subir más alto, en lo que respecta a la promoción y formación; sobretodo entre los adultos y los mayores, ya que los jóvenes tienen más fácil conocer estas herramientas a través de la escuela y sus compañeros. No es ésta una labor acabada, ni mucho menos y habría que seguir haciendo esfuerzos en esta dirección. Unas veces serán cursos muy sencillos de los rudimentos para el uso diario y en muchas ocasiones bastará con la ayuda del que tenemos al lado para que nos indique cómo hacer tal o cual cosa por la que tenemos curiosidad, de ahí lo interesante que resultan las acciones de voluntariado.

La barrera tecnológica es, afortunadamente, cada vez más baja. Hace unos años, cuando empezaron a extenderse los ordenadores personales, era complejo su manejo y requería el conocimiento de muchos comandos, ordenes, siglas y cosas por el estilo. Ahora el trabajo se ha simplificado y un usuario de Internet necesita conocer muy pocas cosas más allá del manejo del teclado, la identificación de los elementos del escritorio y un poquito de gestión de los archivos.  Es precisamente esa facilidad de manejo la que hace que el uso se pueda extender de una forma generalizada y el éxito sea tan grande.

Incluso, el mantenimiento de una página Web que hasta hace poco requería de conocimientos más profundos, se puede hacer ahora con esas simples destrezas básicas gracias a servicios que Internet ofrece incluso con carácter gratuito. De ahí que sea importante dar a conocer las opciones existentes; puesto que cualquiera que tenga interés en ello puede sacarle partido y dotarse de una herramienta más al servicio de su comunidad, familia, empresa…

Ya es normal que al escribir el nombre de cualquiera de nuestros pueblos en un buscador obtengamos unos resultados que nos cuentan historias, retazos de nuestra vida y anécdotas interesantes además de ponerlo en el mapa y aportar los datos que le pueden interesar al posible visitante.

Las posibilidades que se han abierto con el uso de Internet en algunos casos nos devuelven a aquella centralita de la que hablábamos; porque conocidas las posibilidades de conexión, hay quien acude al Telecentro a realizar una videoconferencia con la nieta que está de Erasmus en el extranjero y así pueden disfrutar de un rato de conversación viendo su aspecto, su habitación y hasta conociendo a algunos de los nuevos amigos. Es impagable el rostro de nuestros mayores cuando tienen una experiencia de este tipo por primera vez y lo que se alegran de poderlas repetir.

Pero es más frecuente aún el caso de nuestros jóvenes que ahora pueden venirse al pueblo; porque tienen acceso a Internet y eso les permite continuar con tareas que antes sólo se podían hacer en las bibliotecas y hemerotecas de la capital y con muchas más horas de esfuerzo e incomodidades. Y son ellos, los jóvenes, los que tiene más decisión y más claro que hay que “subir” a la red los contenidos que hagan posible el conocimiento de nuestros pueblos, sus paisajes, cultura, tradiciones y las posibilidades que ofrecen de cara, no sólo al visitante, sino también al desarrollo de actividades económicas, empresariales, comerciales y de servicios.

Y esto nos lleva a la posibilidad nada desdeñable del teletrabajo o simplemente la de trabajar para clientes de cualquier sitio desde una localidad turolense. Seguro que el lector conoce algún ejemplo de ello y con no poco éxito. La fluidez de la información y la transferencia de datos es la misma que si estuvieran trabajando en el mismo edificio separados por dos plantas y el tiempo de respuesta sólo dependerá de la capacidad de gestión o trabajo. Y si bien es cierto que no se podrán tomar el café juntos, también lo es, que una videoconferencia nos puede permitir hacer reuniones con varios lugares distintos en una misma mañana.

Una prueba de esto la tuvimos durante el tiempo que el entonces CEDEMATE mantuvo su servicios de puente de comunicaciones que permitió que haciendo la correspondiente reserva se realizaran videoconferencias entre diferentes puntos de trabajo de ámbitos educativos y empresariales. Su papel fue muy importante con la tecnología que existía en aquel momento. Hoy en día existen otros servicios similares pero de acceso más general gracias a Internet. Por ese medio manteníamos sesiones de trabajo cada semana que ahorraron muchos kilómetros de desplazamiento y sin embargo el trabajo de coordinación se hacía perfectamente durante una reunión de una hora sin necesidad de perder la mañana.

Todas las administraciones están haciendo un esfuerzo en aproximar al ciudadano las gestiones administrativas y facilitar su realización a través de Internet. La cantidad de consultas y gestiones posibles hacen que se facilite mucho la burocracia y disminuyan las necesidades de desplazamientos ex profeso, pero aún crecerán más esa posibilidades y serán mayores la facilidades. No está muy lejano el día en que todos dispongamos de nuestra “firma digital” y al igual que ahora ya podemos hacer nuestras operaciones bancarias sin ir a la oficina de la caja o el banco, podamos también hacer cualquier otra gestión con Hacienda , Agricultura o la DGA desde nuestro ordenador, o un ordenador cualquiera al que tengamos acceso, bien sea público o privado.

El mundo de la educación no se ha quedado atrás en este caso y precisamente Teruel puede presumir de ser una de las provincias pioneras en la implantación, experimentación, innovación y difusión de las posibilidades de trabajo en la escuela con las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Aldea Digital fue sólo un ejemplo, como lo es la implantación actual de los TabletPC que ha tenido su cuna en Ariño. Y no ya sólo en el ámbito del estudio estricto de contenidos académicos, sino también en el trabajo de las capacidades de expresión y comunicación de nuestros jóvenes. Nuestros chicos y chicas pueden terminar desenvolviéndose con total comodidad en el mundo de la gestión de informaciones y la producción de las mismas en diferentes soportes; como el texto, el sonido o el video; y su difusión en Internet.

Pero Internet no es la panacea que va a solucionar todos nuestros males, nada más lejos de la realidad. Su gran virtud es la posibilidad de que todos expongamos contenidos e informaciones y eso al mismo tiempo supone un gran problema, ya que “todos” engloba también a los menos deseables. Por lo tanto hay que tener muy claros nuestros valores y criterios y confrontar las informaciones cuando las fuentes no sean de nuestra plena confianza para no dar por buenas aquellas que no lo son. Eso en el mejor de los casos.

Un asunto a continuar reivindicando es el de las conexiones o la conectividad. En ese aspecto tendrán que seguir trabajando para conseguir que la calidad del acceso sea cada vez mejor y que se haga verdad que no se diferencie nada de la de otros ciudadanos. Una muy buena noticia es la puesta en marcha del I Plan Director de Infraestructuras de Telecomunicaciones de Aragón que puede disminuir la brecha de infraestructuras entre las ciudades y las zonas rurales. La geografía de la provincia (vivo en Teruel) no pone las cosas fáciles, pero precisamente esa geografía le da un valor añadido en otros muchos aspectos y una explotación adecuada de los mismos exige hoy en día unas comunicaciones de primer orden, así que tendremos que seguir exigiendo mejores canales de comunicación. Ojala pudiéramos ver pronto todos nuestros pueblos dotados de fibra óptica o líneas de banda ancha. Lo que denominamos Calidad de Vida está claramente asociada a muchos aspectos de los que ya disfrutamos en nuestros pueblos, pero las mejores comunicaciones posibles son también parte imprescindible de la misma.

A veces nos centramos en perseguir lo que no tenemos, como vivir en una gran capital, y nos olvidamos de valorar lo que sí que tenemos, esa calidad de vida que da el entorno rural. La última película o una discoteca no los tendremos cerca pero sí otros muchos pequeños placeres a los que sería más difícil llegar de lo que nos resulta ahora mismo acercarnos a la ciudad a por cosas concretas.

En definitiva y en pocas palabras. Internet está permitiendo que estando en nuestros pueblos, y si tenemos unas buenas comunicaciones de banda ancha, disfrutemos de nuestro entorno y formemos parte integrante de esa sociedad de la comunicación. Ya no tienen que venir de la ciudad a contarnos nada. Formamos parte del conocimiento en plano de igualdad con cualquier otro ámbito social.

Por eso, precisamente ahora que parte de la población se plantea la alternativa de volver a los pueblos de sus padres y abuelos es muy importante que no dejemos de pedir las mejores comunicaciones para nuestros pueblos, en ellos está gran parte de la riqueza de nuestro futuro.

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