Sociedad

El que calla otorga

Hay pocas frases que me parezcan más injustas, innecesarias y falsas que esa archiconocida y manoseada expresión.

«El que calla otorga». Yo siempre de dicho que eso es falso, que simplemente, «El que calla no dice nada». Pero hay silencios y silencios. Y no todos pueden ser considerados de la misma forma; ni por el objeto de la intervención, ni por el protagonista de la misma.

A mi siempre me ha gustado más esa otra expresión de que: «Sólo somos dueños de nuestros silencios». Porque una vez que hemos manifestado una opinión, o nos hemos expresado, «lo dicho, dicho queda» y luego hay que matizar, corregir, explicar y a veces, pedir disculpas. No digamos si encima está escrito, en cuyo caso ya somos esclavos absolutos del contenido volcado.

Pero lo de los silencios tiene una trascendencia que no se puede comparar en según que situaciones. Seguro que más de una vez nos hemos visto en el terrible dilema de tener que mantener el silencio sobre un tema del que sabemos más de lo que podemos decir; bien sea por compromiso persona o por obligación legal. Pero en esos casos nuestro silencio tiene un respaldo muy fuerte y cuando callamos lo hacemos con la total convicción de que estamos obrando de forma correcta y plausible. Hay otras situaciones en las que el silencio es una forma de mentira de piadosa o de evitación de males mayores, porque las consecuancias de trasladar información u opiniones puede ser más perjudicial que nuestro silencio. Y ahí entra nuestro propio criterio de cuál es el mal menor o el mayor beneficio (que no siempre es lo mismo).

Habrá otras ocasiones en que el silencio sea un acto de cobardía, orgullo, afan de notoriedad o incluso de provocación, para dejar en el aire la duda de lo que podemos o no saber, o de cuál es nuestra postura en algún momento o sobre algún tema.

Pero lo que no tiene cabida en absoluto, cuando se hace la apelaación de que el «El que calla otorga», es cuando tenemos la obligación moral, ética, institucional, política o cívica de exclarecer unos hechos que afectan a los demás y que ocasionan perjuicios. Y ese es el caso, desde mi punto de vista, del silencio de D. Mariano Rajoy, presidente de este gobierno nuestro.

Cuando uno ostenta el más alto cargo del gobierno de una nación y ve la situación que tenemos ahora mismo con su partido, su gobiernoo y él mismo, puestos en tela de juicio por prácticas corruptas, no puede ampararse en el silencio por ninguna de las causas anteriores. El silencio no es «otorgar», si no que es áun peor. Este silencio es «provocar». Un gobernante que se las da de serio y responsable no puede echar al país a los pies de los caballos de las dudas de los mercados, de los demás gobiernos (casi nada como están los hispoamericanos con nosotros), de todo el mundo. Estamos siendo el hazmereir de Europa mientras nuestros gobernantes son incapaces de dar explicaciones de lo que se les está acusando en los juzgados todos los días. ¿La razón?. Pues todos los españoles pensamos lo mismo, y en Aragón lo decimos con la expresión: » Mantenedla y no enmedadla». Y a «persistentes, nos ganan pocos.

Pero me vais a permitir que siga tirando un poco más de la cuerda en la misma dirección que lo he hecho en anteriores aportaciones. ¿Qué pasa con el silencio del Rey?. ¿Hasta cuando va a esperar a hacer algo para impedir el desmantelamiento de nuestra democracia y de nuestro país entero?. ¿De qué tiene miedo?. Porque el miedo preciamente es lo que empieza a perder la población con cada vez menos trabajo, menos servicios, más precariedad en todos los aspectos y más pagos de todo tipo; con subidas contantes de costes básicos, impuestos y sin ver que las prevendas de los poderosos se reduzacan ni tan siquiera se expliquen. (Porque son inexplicables, claro). ¿Esta jefatura de estado es real y efectiva?. Habrá que plantearse un cambio en eso también.

Y ahora se destapan en el PP con la chulería de que no se les puede hacer una moción de censura porque los de la oposición no están en condiciones de hacerlo. Pues claro que no están en condiciones, ni ellos ni nadie. Y menos con las leyes que ellos mismos se dieron para proteger sus vergüenzas y sus sinvergonzonerías. Pero a quien le deben explicaciones y ante quienes tiene las responsabilidades no es ante la oposición, NO señor. La responsabilidad y las explicaciones nos las deben a TODOS los españoles y ni tan siquiera sólo a sus votantes como parece que algún demagogo de 3/4 quiere hacernos pensar.

Así que como el que calla no otorga, sino que simplemente, no dice nada. Creo que lo mejor que podemos hacer «todos los demás» es hablar y dejar claras nuestras posturas ante esta panda de sinvergüenzas que nos gobiernan y mostrar nuestros deseos de un cambio de rumbo en la democracia que se merece el pueblo español.

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