
Cuento para una pareja única
El 10 de junio de 2017 hemos celebrado la unión de Alex y Cristina en un espacio encantador; el Pozo de San Juan en Andorra. Como padre de la novia me tocaba intervenir con unas palabras. La introducción la improvisé porque era incapaz de leer es ese momento. Pero lo que quería transmitir es que ante ese momento único en la vida, no creía oportuno explicar los cientos de motivos por que me siento absolutamente orgulloso de mi hija Cristina y tampoco era plan de centrarse en aquello de que, «No se pierde una hija, sino que se gana un hijo», porque Alex sabe perfectamente que ya es eso para nosotros.
En los meses que ha durado la preparación de la fiesta con sus montones de detalles me ha dado cuenta de que no se celebraba «sólo» el amor de Alex y Cristina, sino que además era una «Fiesta por y para la amistad» y por eso me decidí a escribir un cuento para ellos. Tiene guiños a cosas que nadie más entenderá, pero refleja ese sentimiento de amistad que ellos han puesto en esa fiesta.
Ahí va el cuento:
Erase una vez un mundo habitado sólo por letras. Un mundo en el que sus seres estaban siempre asociados a aquellas palabras de las que formaban parte, así como nosotros formamos parte de una familia. Los protagonistas de nuestro cuento son dos letras como otras cualquiera, de hecho podrían pasar desapercibidas si no formaran parte de tantos grupos o palabras. Se trata de la A y la C.
La A de “amigos”, de “amabilidad”, de “afecto”, de “amanecer”, de “armonía” y de “Amor”, y estaba presente en Hijar. pero sobre todo a nuestra A lo que más le gustaba era ser la A de “Artista”.
La C de “creatividad”, de “contabilidad”, de “constancia”, de “coletas”, de “cariño”, de “cordialidad”; pero sobre todo a nuestra C lo que más le gustaba era ser la C “Corazón”.
Encontrarse y caerse bien no fue algo difícil porque, aunque ellas solas parecían no tener mucho sentido: CA o AC no dicen mucho; siempre estaban rodeadas de muchas y muchos, amigas y amigos con los que formar grandes equipos, como:
“acertar”, “acariciar”, “actuar”, “clave”, “acorde”, “acoger”, “acomodar”, “calor”, “cabal”, “canción”, “cántaro”, “capacidad”, “cariño” o… “acunar”……
CAbe añadir que además A tenía, más que un amigo, un cómplice, en la letra B. La letra B de Boli y de Bic con quien se llevaba especialmente bien y juntos pasaban innumerable horas reproduciendo los trazos que surgen de los momentos de convivencia con tantos amigos y seres queridos. Poco a poco las líneas trazadas, reflejando las vivencias acumuladas por A y C iban configurando y dando forma a una imagen cada vez más completa, compleja y detallistas de lo que era la vida de A y C juntos.
CAda vivencia en pareja o en grupo quedaba reproducida en forma de un trazo, que podía ser una simple rayita que pasa desapercibida, pero va modelando una textura; o podría ser una raya gruesa, fuerte y profunda que destaca y deja un recuerdo imborrable en la imagen final.
CAda detalle hacía que la imagen que se iba formando hacía que empezara a aparecer llena de belleza y de armonía en las proporciones.
CAda día y cada vivencia juntos y compartida con tantos amigos y seres queridos, terminó por establecer un estrecho lazo entre ellos que decidieron hacer definitivo. Y la mejor forma posible era convocarlos a todos y todas y contarles su intención de permanecer unidos. Así que montaron una fiesta a la que estaban invitadas todas letras y todos los signos y símbolos que conocían.
A y C se dedicaron en cuerpo y alma a prepararlo todo para que el día fuera inolvidable. Crearon mil y un detalles para mostrar su Amistad y su Cariño hacia todos. Porque lo que querían es que todos/as se sintieran acogidos para siempre por ellos.
ACudieron todas las letras, signos y símbolos que pudieron. Allí se concentraron letras de diferentes alfabetos, antiguos y nuevos, claves, corcheas, signos matemáticos y creo que hasta algún emoticón. Las que faltaban, no estuvieron ausente del todo, estaban presentes en el pensamiento de las demás. En el fondo TODAS estaban de una u otra forma.
Y para demostrar su cariño y su afecto hacia A y hacia C, las letras llegaron al acuerdo de regalarles algo que las mantuviera unidas y les recordara que todos los demás símbolos compartían con ellos la ilusión de la unión. Así que el regalo no podía ser otro que una conjunción copulativa. Y como la «Y» les pareción un poco estirada se decidieron por el símbolo ampersand (Sacar la ampersand, que debía estar detrás escondida) De ahí que a partir de ese momento la pareja fuera reconocida como A & C
Como no sabemos lo que comen las letras no podemos decir si comieron CAlabacines, pero seguro que vivieron enCAntados.
Y colorín colorado. Este cuento se ha acabado.
Sólo añadí que es un placer enorme poder juntar a tanta gente querida para celebrar el amor de Alex y Cristina y que todos, los presentes y los ausentes, formaremos parte de ese cuadro que se forma día a día, trazo a trazo y que será el fiel reflejo de una vida muy félix. Hoy será uno de los días que dejará un trazo grueso y marcado en nuestras vidas. Pero todos los días irán dejando su huella y todos seremos parte de ese cuadro.
Muchas gracias por acompañarles ese día, y en adelante, en la aventura de una vida juntos.